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  • Los espiritus Luciferes

    domingo, 29 de noviembre de 2009
    Der Wächter des Paradieses (1889)

    Estos espíritus eran una clase de rezagados de la oleada de vida de los Angeles.
    En el Período Lunar se encontraban mucho más allá de la gran masa de aquellos
    que actualmente son nuestra más avanzada humanidad. No han progresado tanto como los Angeles, que eran la humanidad adelantada de la Luna; pero, sin embargo, estaban mucho más
    avanzados que nuestra humanidad actual, y, por lo tanto, era imposible para ellos tomar un
    cuerpo denso como el que hemos tomado nosotros; no obstante, no podían tener conocimiento sin un órgano interno, un cerebro físico. Estaban, por decirlo así, a mitad de camino entre el
    hombre, que tiene cerebro, y los Angeles, que no necesitan nada. En una palabra, eran
    semidioses.

    Se encontraban, pues, en una situación muy seria. El único camino que podían
    encontrar para expresarse a sí mismos y adquirir conocimientos era usar el cerebro físico del
    hombre, pues podían hacerse comprender por un ser físico, dotado de cerebro, lo que no podían
    hacer los Angeles.


    Como ya dijimos, en la última parte de la Epoca Lemúrica el hombre no podía ver
    el Mundo Físico tal como lo vemos actualmente nosotros. Para él el Mundo del Deseo era
    mucho más real.

    Tenía la conciencia de sueño con ensueños del Período Lunar: Una conciencia
    pictórica interna; pero estaba inconsciente del mundo exterior. Los Luciferes no encontraban
    dificultad alguna en manifestarse a esa conciencia interna y llamar su atención hacia su forma
    exterior, la que antes no había percibido. Le enseñaron cómo podía dejar de seguir siendo
    simplemente el esclavo de los poderes exteriores, y como podría convertirse en su propio
    dueño y señor y parecerse a los dioses "conociendo el mal y el bien". También le hicieron
    comprender que no debía tener aprensión de que su cuerpo muriera, ya que en sí mismo poseía la capacidad de formar nuevos cuerpos sin necesidad de que los Angeles mediaran. Todas estas
    cosas se las dijeron con el propósito de que dirigiera su conciencia hacia el exterior para la adquisición del conocimiento.

    Esto lo hicieron los Luciferes con el objeto de aprovecharse y adquirir
    conocimientos conforme el hombre los fuera obteniendo. Y le proporcionaron dolor y sufrimiento, cuando antes no tenía ninguno de los dos; pero también le dieron la inestimable bendición de la emancipación de las influencias y la dirección externa, comenzando entonces el hombre el camino de la evolución de sus poderes espirituales, una evolución que algún día le permitirá construir por sí mismo con tanta sabiduría como los Angeles y los otros Seres que lo
    guiaron antes de que ejercitara su voluntad.


    Antes de que el hombre fuera iluminado por los Espíritus Luciferes, aquél no
    había conocido ni la enfermedad, ni el dolor, ni la muerte. Todas estas cosas fueron el
    resultado del empleo ignorante de la facultad procreadora y su abuso para la gratificación de los
    sentidos.

    Los animales en estado salvaje están libres de enfermedades y dolores, porque su
    propagación se efectúa bajo el cuidado y dirección de los sabios espíritus-grupo
    únicamente en esas épocas del año que son propicias para tal objeto. La función
    sexual tiene por único objeto la perpetuación de las especies, y bajo ningún concepto la
    gratificación de los deseos sexuales.


    Si el hombre hubiera continuado siendo un autómata guiado por Dios, no habría
    conocido ni la enfermedad, ni el dolor, ni la muerte, hasta hoy; pero tampoco
    habría obtenido la conciencia cerebral y la independencia resultante de la iluminación
    por los Espíritus Luciferes, los "dadores de luz", quienes le abrieron el entendimiento
    y le enseñaron a emplear su entonces confusa visión para obtener conocimientos del Mundo
    Físico, que estaba destinado a conquistar.


    Desde ese entonces había dos fuerzas obrando en el hombre. Una fuerza es la de
    los Angeles, quienes formaban nuevos seres en la matriz por medio del Amor, que se dirigía
    hacia abajo para la procreación; son, por lo tanto, los perpetuadores de la raza.


    La otra fuerza es la de los Espíritus Luciferes, quienes son los instigadores de
    todas las actividades mentales, por medio de la otra parte de la fuerza sexual, que se
    dirige hacia arriba para el trabajo cerebral.


    Los Luciferes son llamados también "serpientes", y están representados así en
    las diversas mitologías. Diremos más sobre ellos, cuando lleguemos al análisis del Génesis.
    Por el momento ya hemos dicho bastante para encaminarnos en nuestra investigación que nos guiará a través del progreso evolutivo del hombre aún más allá, a través de
    las Epocas Atlante y Aria, hasta nuestros días.


    Lo que hemos dicho acerca de la iluminación de los Lemures se aplica únicamente
    a la menor parte de aquellos que vivieron en la última parte de aquella Epoca,
    quienes fueron la simiente de las siete razas atlantes. La mayor parte de los Lemures eran
    análogos a los animales, y las formas ocupadas por ellos han degenerado en la de los
    salvajes y antropoides actuales.


    Recomendamos al estudiante que se fije cuidadosamente en que fueron las Formas
    las que degeneraron. Hay una distinción importantísima, que debe siempre
    recordarse, entre los cuerpos (o formas) de una raza, y los Egos (o vida) que encarna en
    esos cuerpos de la raza.


    Cuando nace una raza, las formas son animadas por cierto grupo de espíritus que
    tienen la capacidad inherente de evolucionar hasta cierto grado, pero no más allá. No
    puede haber estancamientos de ninguna clase en la Naturaleza; por lo tanto, cuando se
    ha llegado al límite de tal grado, los cuerpos o formas de esa raza comienzan a
    degenerar, cayendo cada vez bajo, hasta que la raza se extingue.


    La razón no hay que ir a buscarla muy lejos. Nuevos cuerpos de raza aparecen,
    particularmente flexibles y plásticos, proporcionando gran margen a los Egos que
    en ellos
    encarnen para mejorar esos vehículos y progresar en consecuencia. Los Egos más
    avanzados nacen en esos cuerpos y los van mejorando lo mejor que pueden. Esos
    Egos son, sin embargo, únicamente aprendices y, en consecuencia, no pueden evitar
    que esos cuerpos vayan cristalizándose lentamente hasta llegar al límite de
    perfección que ese cuerpo sea capaz de adquirir. Entonces se crean formas para una nueva
    raza, para proporcionar a los Egos mayor margen aún, a fin de que puedan aumentar
    su experiencia y desarrollo. Y los cuerpos antiguos se descartan, convirtiéndose
    en las habitaciones de Egos menos avanzados, que a su vez los emplean como jalones, a
    lo largo del sendero de progreso. De esta suerte los antiguos cuerpos de una
    raza van siendo empleados por Egos de creciente inferioridad, degenerando gradualmente,
    hasta que por último ya no hay Egos suficientemente inferiores como para poder obtener algún provecho al encarnar en tales cuerpos. Las mujeres se hacen estériles y los cuerpos de la raza mueren.


    Podemos fácilmente trazar ese proceso con ciertos ejemplos. La raza
    teutónico-anglosajona (especialmente de rama americana) tiene un cuerpo más blando y flexible y un sistema nervioso más sensible que cualquier otra raza de la Tierra de los tiempos
    actuales. Los indios y los negros tienen cuerpos mucho más duros, y debido a su grosero sistema
    nervioso son mucho menos sensibles a las heridas. Un indio continúa luchando después de
    recibir heridas cuyo solo choque hubiera postrado o matado a un blanco, en tanto que
    el indio se restablece inmediatamente. Los aborígenes australianos son un
    ejemplo notable de la muerte de una raza, debido a su esterilidad, a pesar de todos los
    esfuerzos que el gobierno británico está haciendo para perpetuarles.


    Se ha dicho contra los de la raza blanca que dondequiera que ellos van
    desaparecen las otras razas. Los blancos han sido acusados de haber ejercido terribles
    opresiones sobre las otras razas, habiendo, en muchos casos, masacrado a multitudes de
    nativos indefensos e insospechables -como lo prueba la conducta de los españoles con
    los antiguos peruanos y mejicanos, si hemos de concretar uno entre tantos
    ejemplos-.

    Las obligaciones resultantes de tales abusos de confianza y de la inteligencia
    y poder superior se pagarán, !oh sí!, hasta el último grano, por los que en ello
    incurrieron. Más es igualmente cierto, sin embargo, que aún cuando los blancos no hubieran
    masacrado, esclavizado, martirizado y maltratado a las antiguas razas, estas últimas
    hubieran muerto por sí solas, si bien más lentamente, porque tal es la Ley de la Evolución, el
    orden de la Naturaleza. En el futuro, los cuerpos de las razas blancas cuando sean
    habitados por Egos que actualmente tienen cuerpos de raza roja, negra, amarilla o morena,
    habrán degenerado tanto que también desaparecerán, para tomar en su lugar otros
    y mejores vehículos.


    La ciencia habla únicamente de la evolución. Pero no considera las líneas de
    Degeneración, que, con lentitud pero seguramente, están destruyendo los cuerpos
    que se han cristalizado tanto que no pueden ya mejorarse.

    La raiz de la sabiduria Oculta


    Son muy pocos los estudiantes de la trascendental ciencia oculta que sepan la
    verdad acerca de la fuente madre donde surgieron todas las escuelas
    iniciáticas, llámense éstas: Yoga, Taoísmo, Zen, Rosacrucismo, Teosofía, Masonería,
    Antroposofía, etc. y de la fuente de dónde surgieron todas las religiones como
    Islamismo, Hinduismo, Budismo, Shintoísmo, Zoroastrismo, Cristianismo, etc.
    Los eruditos y los investigadores meramente intelectuales, se sienten perplejos
    ante tantas fuentes aparentemente diversas, sin encontrar un vínculo que una
    las escuelas filosóficas ni las religiones entre si, debido a que tanto los
    iniciados antiguos como los modernos, han ocultado y revelado (velar doblemente) estas
    antiguas enseñanzas.

    Estos conocimientos jamás han salido del círculo de ocultistas que han hollado
    el sendero y la tradición oral de sus secretos, han sido transmitidos
    continuamente en las escuelas de iniciación hasta nuestros días y se emplean
    como base de todo trabajo práctico tanto en oriente como en occidente.
    La humanidad en su ya largo peregrinaje a través de la materia en nuestro
    actual período terrestre(véase Concepto Rosacruz del Cosmos por Max Heindel),
    comenzó su relativa actualización de consciencia en la tercera raza raíz; la
    lemur; fue en ésta época cuando el espíritu penetró definitivamente en la materia y
    ocurrió la diferenciación de los sexos. En la siguiente raza raíz, la
    atlante, la humanidad logró un gran conocimiento en todos los campos y parte de tal
    esplendor lo encontramos en Egipto, Meso América y Perú, pues el continente
    atlante que se encontraba entre América y Europa se sumergió en el Océano
    Atlántico hace unos 10.000 años, tal como un millón de años atrás se había
    sumergido el continente lemur ó tierra de Mu en el Océano Pacífico, como
    parte de la eterna ley cíclica de la renovación.
    Cada raza tiene su jerarca o Manú (guía), quién se encarga de dirigirla en
    sus inicios, tal como ocurrió con el Manú Vayvasvata hace unos 30.000 años en la
    aurora de la quinta y actual raza, la Aria. El preparó a los humanos más
    avanzados de aquella época en el Asia Central y les instruyó en los misterios
    de la vida y del ser, de la Naturaleza y del Universo.

    Las razas que conocemos en ésta época, todas surgieron de aquel núcleo y
    conformaron: la Indo-Aria en la India, la Babilonio-Asirio-Caldea en el medio
    oriente; la Perso- Greco- Latina, la Céltica, la Teutónico- Anglosajona y
    actualmente la Americana en América del Norte, Central y del Sur, que es una
    mezcla de razas lemur (negra), atlante (indígena y amarilla) y aria (blanca).
    Encontramos así la raíz común de las diferentes civilizaciones de donde
    surgió la "secreta doctrina", fundamento de todas las religiones, y de todas ;las
    corrientes filosóficas, esotéricas y místicas.

    La línea evolutiva del occidental, lleva implícito el cultivo de la mente
    racional, habiéndose desligado parcial (si no totalmente) de la mística, que
    caracteriza al oriental; es por eso que el sistema de desarrollo interno para el
    occidental, debe estar especialmente adaptado a su temperamento y llenar ciertos
    requisitos bien definidos como lo explica Dion Fortune en su libro "CABALA
    MISTICA" : " En primer lugar, la técnica elemental tiene que ser tal que
    pueda ser fácilmente comprendida por las mentalidades que no tienen absolutamente
    nada de místicas; en segundo lugar, las fuerzas que pongan en movimiento han
    de ser lo suficientemente poderosas como para estimular el desarrollo de los
    aspectos superiores de la conciencia. En tercer lugar, como son muy pocos los
    occidentales que tengan la oportunidad o la inclinación a llevar una vida
    recluida, las fuerzas que se empleen deben ser susceptibles de utilizarse en los
    breves períodos de tiempo que la vida moderna con sus diarias ocupaciones nos
    deje" .

    Es un error el querer dedicarnos totalmente al desarrollo interno, como una
    tentativa para eludir los problemas de la vida; por eso, la vida de lo
    espiritual no se logra convirtiéndose en anacoreta, aislándose del mundo, o teniendo alguna
    forma especial de vestir, ó cortarse o no los cabellos, pues esto sólo son
    superficialidades, ya que la verdadera espiritualidad jamás se hace propaganda.

    El deber para con nuestra interna evolución planetaria, es la conquista de la
    materia densa, es decir la guía consciente de nuestras vidas, la superación de
    nuestros vicios y "la búsqueda del reino de Dios y su justicia "
    (evolución autosenso - consciente).

    Y cual es el camino?. Amando a todos los seres sin excepción; tratando de
    comprender todos los días los diferentes asuntos que tengamos que atender,
    realizándolos con amor y no haciéndolos por hacerlos; elegir los alimentos
    sanos para nuestro cuerpo, sin llegar a ningún extremo; es decir, analizar que
    alimentos nos sientan mejor y cuáles no nos caen bien, pues en cuanto a la dietética
    nunca nadie dirá la última palabra , puesto que "lo que es alimento para unos , es
    veneno para otros" no ingerir ningún tipo de medicina, a no ser que estemos
    realmente enfermos , esto incluye evitar el cigarrillo, el café, el alcohol y
    los estimulantes, pues éstos "entorpecen´´ nuestros vehículos más sutiles,
    impidiéndonos el despertar en los planos internos.

    El mundo del ocultismo

    sábado, 28 de noviembre de 2009

    En un popular programa de televisión, la heroína convoca espíritus y realiza hechizos y magia para derrotar a seres demoníacos. En otro programa, brujas adolescentes usan su magia blanca para vencer a hechiceros y espíritus malignos. Este tipo de programas populares tratan con el mundo del ocultismo. El ocultismo ha prosperado desde el comienzo de la civilización. A lo largo del Antiguo y el Nuevo Testamento, los profetas de Dios han confrontado el problema del ocultismo.

    El término "ocultismo" está tomado el latín occultus, que significa 'tapar', 'esconder' o 'aquellas cosas que son ocultas o secretas'. Una breve definición de ocultismo es 'la práctica de lograr conocimiento o poderes sobrenaturales fuera del Dios de la Biblia'. A través de estas prácticas, los ocultistas buscan ejercer influencia en circunstancias presentes o futuras, en la vida de ellos o de otros.

    ¿Por qué hay tanto interés en el ocultismo? Los expertos señalan varios factores. El primero es el desencanto con la iglesia y la religión organizada. El segundo factor es la curiosidad. Hay una atracción hacia el ocultismo que apela a nuestro interés en lo invisible. Muchos comienzan con un juego "inofensivo", pero esto suele llevar a más. Tercero, hay una búsqueda de poder. Las personas quieren tener control sobre el futuro, los espíritus o sobre otras personas.

    Hay tres categorías principales del mundo del ocultismo: la adivinación, la magia y el espiritismo. La adivinación es un intento de predecir el futuro y, con él, moldear nuestra vida en consecuencia. Las artes de adivinación incluyen la astrología, el zodíaco, las bolas de cristal, las cartas de tarot, la quiromancia, los médium, la numerología y los horóscopos.

    La segunda categoría es la magia, o paganismo. Los que están en la magia intentan controlar el presente mediante ceremonias, sortilegios y hechizos. Las artes mágicas incluyen la hechicería, la magia blanca, la brujería, el satanismo, las misas negras y los hechiceros.

    Luego tenemos el espiritismo. Los que están involucrados en el espiritismo intentan comunicarse con los muertos y recibir información o ayuda de ellos. El espiritismo involucra las tablas guija, sesiones de espiritismo, necromancia y fantasmas.

    El mundo del ocultismo no solo trae un mensaje falso, sino un mensaje peligroso también. Las experiencias con el ocultismo nos alejan de Dios y nos ponen en contacto con el mundo de los demonios. Jesús dijo que el diablo es "mentiroso, y padre de mentira" (Juan 8:44). Al tratar con lo demoníaco, uno no puede esperar tratar con la verdad. El demonio y su legión solo intentan "robar, matar y destruir" (Juan 10:10). Por esta razón, Deuteronomio 18 dice que las prácticas de la hechicería, brujería, adivinación y necromancia son detestables para el Señor. Fueron estas prácticas que atrajeron juicio sobre los cananeos y los expulsó de la tierra. Dios no quería que estas enseñanzas infiltraran ninguna cultura. La iglesia debe no solo presentar el peligro del ocultismo, sino el mensaje de vida y victoria que se encuentra en Jesucristo sobre los principados de las tinieblas.